Daniel Scioli es electo y asume como presidente de la Nación Argentina. Debe realizar una pequeña devaluación del peso y conversa con los fondos buitre, ante la furia de la Señora, que al estilo de Irán es proclamada Líder Suprema, y la Cámpora pasa a ser, en vez de Guardianes de la Revolución, Guardianes del Relato. El presidente Scioli se suicida en la quinta de Olivos (casualmente, en el baño) y asume la presidencia Carlos Zannini. En el país del trigo comienza a faltar el pan, en las farmacias los medicamentos, en los supermercados los artículos de primera necesidad, pero ello se debe a la confabulación de tenebrosas potencias externas. El día pasa a tener 30 horas en vez de 24, porque no alcanza el tiempo para pasar por cadena nacional todos los discursos de la Líder Suprema.
El papa Francisco proclama beato a Néstor Kirchner.