lunes, 8 de octubre de 2018

La teoría del caos

Detrás de la cartera Louis Vuitton había un bolso. Bueno, varios
¿Somos corruptos? Todo el mundo es corrupto. ¿Robamos? Todos son ladrones. ¿Matamos fiscales (por acción u omisión)? Todo el mundo anda matando fiscales. Así se pretende ocultar el elefante, en la manada.
Para beneficio de los criminales, la banda de corruptos fue reemplazada por un conjunto de CEOs incompetentes (o inútiles), tanto como para ponerse a extrañar viejos tiempos.
La mano dura contra los vagos de pie y los planeros de Argentina descansa no se aplica, porque ya tuvimos la triste experiencia de una dictadura militar asesina (ops, no puse "cívicomilitar").
Y los conocidos de siempre andan buscando un mártir, alguna víctima provocada por las fuerzas del ¿orden?, o que aparente serlo. Remember Maldonado y la docente "secuestrada y torturada".
Como ejemplo de la basura que circula por las redes sociales, me tomo la libertad de citar la siguiente parrafada.
IMPOSIBLE NO REPRODUCIR...
"Mi amiga Silvina Sukich se pregunta qué pasó en ese país que supo votar a CFK con el 54%. Y yo digo que si la repuesta fuera 'Hubo algunos problemas con el impuesto a las ganancias, el cepo y la inflación' este gobierno ya habría sido fusilado hace rato por sus propios votantes durante un timbreo. Yo creo que lo que sucedió fue otra cosa. En primer lugar, que los sectores más ricos y poderosos a los que CFK les cobraba retenciones para sostener nuestra buena calidad de vida, elaboraron un plan coordinado y sistemático para arrasar las neuronas de los argentinos más ambiciosos, egoístas y miserables, para instalar un gobierno para ellos, es decir, los más ricos. Y así fue que pusieron a sus diarios, radios y canales de tv a silenciar las miles de dimensiones positivas que tenían las políticas que beneficiaban al ciudadano común, y reducir esa compleja realidad a una sola y única mononeuronal dimensión: la 'corruczión', amplificándola hasta el infinito. Pero con eso solo no bastaba. Había que complementarlo con lo peor de la cultura individualista propia de la derecha. Y así fue que junto al discurso reduccionista de 'la corrupción', sucedió que a millones de inútiles, ignorantes, egoístas y mediocres de esos que atribuían su prosperidad al 'yo me hice solo' (y no a las políticas de Cristina) había que convencerlos de que de que el abismo económico que los separaba de Steve Jobs, era culpa de que un niño pobre cobrara una asignación universal de 800 pesos. Sí. El eterno temita de 'los plane'. Soretes y egoístas a los que le les preguntás cuánto de ese monto afectaba a la economía pero que no saben ni hacer una multiplicación. Sí. Esos mismos inútiles que con CFK te decían 'yo me hago solo sin deberle nada a nadie' y hoy con Macri no pueden comprarse ni una palta con 'su propio esfuerzo y sacrificio'.
Lo único que me consuela, habiendo perdido toda esperanza de cambiar algo en el pensamiento de las cloacales personas que son capaces de sostener todavía a este gobierno, es comprobar cada día que el odio, el egoísmo y la miseria humana que depositaron en las urnas, les regresó multiplicado, aniquilando sus propias vidas".
Gcias Lucrecia Arremolina
Repite la serie acostumbrada de slogans y ataques ad hominem. Oigalos gritar en insoportables programas periodísticos que podría llamarse "Si lo miente, grite".
No llores por mí, Cristina.


Coma treif, es más barato

I need your love
Coma treif (no kosher, o sea apto), es más barato.
Uno podría suponer que bajo el gobierno de los (¿ultra?)ortodoxos en la AMIA, podrían disponer productos kosher para las masas, pero sus precios navegan por lo alto y sólo son accesibles a ricos y a pobres que reciban algún subsidio. La clase media en la Argentina, como se sabe, se fue al paraíso. No dije solamente judíos, porque algunos cristianos aprecian los productos kosher, y los musulmanes, si no consiguen halal, saben que no se van a topar con Peppa Pig.
Quizá esta inacción se deba a que los ¿ultra?ortodoxos consideran que hay cuatro tipos de judíos: Los seguidores del mismo rebe, que son como hermanos de sangre. Los fieles de un rebe amigo del rebe propio, que son como primos. Los acólitos de un rebe opuesto al propio, que a pesar de todo son gente como uno. El resto, somos apóstatas.