domingo, 8 de septiembre de 2019

Un gato sobre el tejado de zinc caliente

Breve historia argentina contemporánea y porqué voto gato por liebre

Colocando en Google "Argentina golpe de estado" se observa que el primero tuvo lugar en 1930, lo que aproximadamente coincide con el comienzo de la decadencia del país.
Se alternan militares, peronistas y no peronistas (hasta el advenimiento del PRO hubiera escrito radicales) en el gobierno. Las dictaduras militares fueron más o menos sanguinarias hasta culminar en la nefasta de 1976/83.
Los gobiernos peronistas se destacaron por practicar un populismo de izquierda o de derecha (en algún punto los extremos se unen) y mucha corrupción, consecuencia lógica de un poder que da y quita de acuerdo a su voluntad.
Los no peronistas por no poder, saber o querer lidiar con el sistema prebendario legado por el peronismo, y conteniendo algo de corrupción también, quizá para no desentonar.
Arturo Illia sólo presidió dos reuniones de gabinete (más significaba reconocer que había una crisis): cuando asumió, y luego del asesinato de Kennedy. Tenía una honradez proverbial (se tuvo que hacer una colecta para comprarle una casa cuando un golpe lo apartó de la presidencia) y buenas intenciones, ¿pero de qué está empedrado el camino al infierno?
Raúl Alfonsín, como consecuencia del pacto de Olivos, permite que las elecciones nacionales de presidente se ganen con una mayoría del 45%. Ya vimos que un gobierno torpe permite que incluso superen esa cifra, ¿pero no es lógico que una mayoría es más del 50%?
La presidencia timorata de Fernando de la Rúa me recuerda un tango ("Sola, fané, descangayada..."
No omití a Arturo Frondizi, sólo quería destacar que fue el último estadista que tuvimos. Estadista es quien piensa más en las próximas generaciones que en las próximas elecciones.
Llega la gran esperanza  blanca, una coalición dirigida por el ingeniero Macri, que había, entre otras cosas, domesticado el arroyo Maldonado en la capital. Pusieron cloacas y agua corriente a gente, que si se me permite una licencia literaria, le da lo mismo cagar en un inodoro que en un pozo. Pero tropezaron con la economía una y otra vez, hasta caer en el agujero negro de las primarias.
La Liebre ya comenzó a correr hacia un destino incierto pero probable de venganza, impunidad y populismo sin dinero. Quedó el Gato, escaldado por las fallas económicas y soberbia de su corte.
Voto Gato porque lucharon en serio contra el narcotráfico, se opusieron claramente al terrorismo, realizaron obras, incluso las que no se ven, y reinsertaron al país en el mundo occidental. Y algo que me emocionó, ver desfilar a nuestros héroes de Malvinas.
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