Estamos en tiempo en que los opinólogos, en manada, alaban cualquier acción del nuevo Gobierno argentino y recitan en letanía los errores del expresidente Macri, especialmente económicos.
Aquí me referiré al gran error de Macri.
El culto a la personalidad
(como concepto influido por Nikita Jrushchov en su discurso del XX
Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en el año 1956) es
una elevación a dimensiones casi religiosas o sagradas de figuras de
líderes carismáticos en la sociedad o la política (Wikipedia).
El kirchnerismo aplicó este concepto con profusión. Del Nestornauta al CCK sin escalas. Ahora se multiplicarán en el país las plazas y avenidas Néstor Kirchner, y el estadio de Gimnasia y Esgrima de La Plata se llamará Ofelia Wilhelm.
Digo, en vez de construir puentes y cloacas, obvia deformación profesional, ¿porqué no repartieron por todos lados, por ejemplo, carteles con Juliana y Antonia? Son fotogénicas.