(...) Uno de los ahora recordados en la exposición de motivos, Javier Martínez de Bedoya, relataba en un pasaje revelador de sus Memorias cómo (el conde de) Jordana le convocó en octubre de 1943 a su casa para, tras preguntarle si era antisemita, encargarle la delicada misión de trasladarse a Lisboa para facilitar desde allí y con diversas y precisas instrucciones un plan global de protección a los judíos que incluía el tránsito de estos a través de la Península. Este plan se veía facilitado por la firma entre España y Portugal (siendo Jordana ministro y Salazar jefe del Gobierno) del llamado Bloque Ibérico que aseguraba, entre otras muchas cuestiones, la neutralidad estratégica de la Península.
Y es que el propio Bernd Rother en su libro Franco y el Holocausto ha tenido que reconocer (a disgusto, parece) que aún 'relativizando' las estimaciones 'quizás de 20.000 a 35.000 judíos fueron salvados porque España, a pesar de su amistad con Alemania (sic), no les rechazó la entrada en la frontera'.
Iñigo Gómez-Jordana, http://elpais.com/elpais/2014/02/21/opinion/1392985080_754316.html