Kirchanon se dedica a combatir el cruel síndrome de abstinencia, entre otras cosas, al dejar de ver y oir a la adictiva líder en sus cadenas de la alegría. Recomendamos colocar el volumen bajo, para ir reacostumbrándose a instantes tan gloriosos. A los muy impresionables, que quiten el volumen por completo.
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