A principios de 1999 apareció Kosher Sex, del rabino Shmuley Boteach, donde más que una aproximación ortodoxa hilaba una serie de anécdotas sobre tema tan interesante.
Un estudio reciente de Audrey J. Gaskins et al.* sugiere que la ingesta de mariscos favorece la actividad sexual y la probabilidad de embarazo.
Pero de acuerdo a la Torá, cualquier pescado que tenga escamas y aletas es kosher; cualquier otra criatura marítima está prohibida (www.jabad.org.ar). Entonces Shira Feder en Forward** pregunta si mantener kashrut, o condición de kosher, significa tener menos sexo.
La misma Feder señala que hay abundante variedad de peces en el mar y afrodisíacos en la mesa, para suplir el deficit de frutos de mar. Pero es sabido que las parejas ortodoxas tienen gran cantidad de descendientes, ya sea que no miran televisión o no van frecuentemente al cine o teatro. Y basta la salud.
* https://academic.oup.com/jcem/advance-article-abstract/doi/10.1210 /jc.2018-00385/5001729
** https://forward.com/food/403782/does-keeping-kosher-mean-having-less-sex/?
Trece a Chase (en "Dr. House"): "Vos buscás lo que todo el mundo, sexo, perdón y chocolate".
lunes, 25 de junio de 2018
domingo, 24 de junio de 2018
Mesías dolarizado
Continuando con su fecunda tarea mesiánica (no confundir con messiánica, que está por verse), Marcelo Araujo plantea una opción, que aún cuando fue imitada en el 1x1 menemista, merece la atención de las autoridades respectivas.
Así es la ímproba tarea del mesías, que se ocupa no solamente del Mundo Por Venir, sino también de éste.
Así es la ímproba tarea del mesías, que se ocupa no solamente del Mundo Por Venir, sino también de éste.
Mañana liberamos Chile y Perú
Diez señores millonarios y un señor multimillonario corriendo detrás de una pelota (no olvidar: el arquero juega también con los pies) despiertan una pasión patriótica, en especial de anunciantes, presentando a Leo Messi comiendo papas fritas o a Oscar Ruggeri recitando una liturgia improbable, y vendedores de banderas y otros símbolos nacionales que sueldan grietas y aminoran corridas hacia el dólar.
Este estado virtuoso es de corto alcance y sobre todo, exitista. Malos resultados influyen en la disminución de las publicidades heroicas y en la multiplicación de reproches.
Ni hablar de fair play, con bastantes jugadores transformándose en Mr. Hide para disimular su impotencia o ineptitud. Envidio ver hinchas japoneses y senegaleses limpiando la suciedad que generaron. ¿Y nosotros? Pegándole patadas a un croata tirado en el suelo.
Esta bien, el Mundial de Fútbol es un gran negocio, la camiseta se consigue legal o trucha, los barrabravas hacen sus turbios negocios, y el amor, o sentido de pertenencia a un club aparentemente terminó con Ricardo Bochini.
Hagamos como el energúmeno que hizo repetir, y grabó, obscenidades a una joven rusa. O juremos con gloria morir.
martes, 12 de junio de 2018
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