En 2018 llega un informe a los EE.UU. sobre las laxas medidas de seguridad de un laboratorio de Wuhan en que se estudian virus. En rigor, son dos los laboratorios de virología en Wuhan, y la referencia se debería al de "máxima seguridad".
En noviembre de 2019 un coronavirus mutado infecta a un ser humano. Ocho médicos chinos que denuncian el problema (uno muere luego de quedar infectado) son callados por el régimen comunista, que demora no menos de tres semanas en hacer pública la situación..
En enero de 2020 autoridades de EE.UU. alertan al respecto a sus aliados de la OTAN y a Israel. Pero ni el mensajero ni los receptores le dan relevancia.
La OMS, dirigida por un títere digitado por China, denominó a la gripe china COVID19.
Como siempre sucede en situaciones criticas, aparecieron profetas mesiánicos y apocalípticos, que intentan cautivar multitudes con sus relatos orgásmicos.
Y en este caso también matemáticos, por la repopularización de la campana de Gauss.
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