El Nestornauta (que se sepa, no pagaron derechos de autor) |
Tras una alternancia de incompetentes con codiciosos, el kingmaker Eduardo Duhalde unge a un gobernador de una provincia sureña como candidato y luego presidente de la Nación. Si ves cómo actuaron como gobernadores (Menem lo hizo), ya sabrás cómo serán como presidentes.
Pero apareció una pareja gobernante, que pretendía eternizarse en el poder perfeccionando la rotación Putin-Medvedev. Y sucedió el imprevisto, la muerte de Néstor.
Nunca se habían interesado por los derechos humanos y se habían enriquecido despojando a los afectados por la tristemente célebre circular 1050 (si sos jóven y no conocés su contenido, googleala, no tengo que andar explicándote todo). La leyenda, el mito, se crearía luego.
Y la leyenda se creó. En libros infantiles de lectura, la aparición de Cristina (¿Cristina eterna?). Epa, no lo hicieron en hebreo (actualmente en lugar del idish). Se apropiaron de los derechos humanos (y los prostituyeron). Se enriquecieron en forma obscena, provocando la actual multitud de arrepentidos. Sobre todo (last but not least), engatusaron a una juventud que ni había nacido durante la dictadura militar (digo "militar", no "cívicomilitar" dentro de la terminología que pretenden imponer sus secuaces). Se multiplicaron calles, colegios, plazas Néstor Kirchner y el camino hacia una Venezuela quedó abierto.
Sucedió lo imprevisto (derrota de Scioli) y su vencedor comenzó un proceso de prueba y error, prueba y error, prueba... pero los cómplices de la Abanderada de los Humildes y la juventud maravillosa que sedujeron, oirlos justificar la década robada provoca más risa que un flan casero.
¿Cómo es que esta gente (Maduro, Ortega, Morales, los Kirchner y siguen las firmas) se supone providencial e irrepetible que tenemos que gozar con sus mandatos a perpetuidad? Lo que dejarán al fin será un pedestal vacío del que habrán arrancado su estatua.