martes, 30 de agosto de 2016

Soy goy - El rincón del orgullo goy

Y aconteció que reuniose un grupo de gentes dispuestas a apedrear a una adúltera, y Jesús, que pasaba casualmene por ahí, acercose y dirigiose a los mismos:
- ¡Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra!
Fue entonces que levantose una viejecita tomando una grande piedra, y con dicha grande piedra aplastole la cabeza a la adúltera.
Ante lo cual, Jesús protestole a la viejecita:
- ¡Mamá... vos siempre exagerando!

El juego de las diferencias

Resistencia Francesa contra la invasión nazi en la II Guerra Mundial
Resistencia Kirchnerista contra la dictadura macrista

miércoles, 24 de agosto de 2016

Guapos saliendo del placard

Recién nos enteramos el 10 de diciembre: éramos todos guapos

La Década Ganada lo fue solamente para bolseros, licitacioneros, coimeros y alquiladores de habitaciones de hoteles. Los medios de información pretendían ser regulados -y lo lograban en su mayoría- por torniquetes en la publicidad oficial o diversos aprietes, en los que la Afip y los servicios de inteligencia (bah, no se les ocurra hacerse un IQ) colaboraban gustosamente.
Y sucedió el pasado 10 de diciembre, cayó en desuso el dicho "guapos eran los de antes", porque empezaron a aparecer por todos lados.
Fito Páez empezó a tomar Reliverán y le perdió el asco a Buenos Aires, el periodista Navarro se luce en C5N con sus esperpentos, Página 12 sigue en su universo paralelo, si criticás alguna actuación de Pablo Echarri sos un derechista resentido y el kirchnerismo residual se junta en lugares recónditos a recordar glorias pasadas.
Estando la Corte Suprema de Justicia próxima a fallar sobre reajustes de tarifas, comenzó algún ministro a presionarlos augurando un amargo porvenir ante un fallo adverso, ignorando que ya había pasado la época en que la reina emérita ignoraba olímpicamente (medalla de oro) lo que la contrariaba.
Y el fallo fue contrario al Gobierno, porque en la Corte también hay guapos.


jueves, 18 de agosto de 2016

Oye tu nombre

Esti Weinstein
El 26 de junio, dentro de un automóvil estacionado en una playa de Ashdod, se encontró el cuerpo de Esti Weinstein, de 50 años, madre de siete hijas, ex integrante del grupo ultraortodoxo de Gur, desaparecida unos días antes. Junto al cuerpo, esta nota: "En esta ciudad di a luz a mis hijas, y en esta ciudad muero a causa de mis hijas. Entiendo que estoy enferma y dependo de otros, y no quiero continuar siendo una carga. No se esfuercen mucho con la ceremonia, algo modesto, con bastantes flores, y recuerden que ésto es lo que elegí y es lo mejor para mí, y si dicen que fui egoísta, lo acepto y comprendo su falta de comprensión."
Esti se casó a los 17 años, en una boda arreglada con otro integrante de Gur, que le aclaró que en su vida matrimonial se guiarían por las "Takanot", normas estrictas por las que las parejas de la secta deben comportarse. Cuando le pidió hacer el amor más de las dos veces por mes permitidas, su marido le contestó que el rebe (sería algo así como el rabino líder) de Gur fijaba la frecuencia sexual de sus seguidores.
Hace ocho años abandonó la secta (sólo una de sus hijas, Tami, también lo hizo y siguió en contacto), y la familia cortó sus lazos con ella.
Con el tiempo se divorció y vivió con una nueva pareja en Azor.
Redactó un libro ("Cumpliendo Con Su Voluntad") en el que, con nombres ficticios, relata su vida en Gur.
(Según el canal 10 de Israel, el personaje masculino es descripto como un pervertido sexual que lleva a su mujer a tener sexo con otros hombres en su presencia.)
El entierro tuvo una primera ceremonia laica y luego otra religiosa, curiosamente conviviendo ambos públicos.
Luego de efectuar la shiva (primera semana de duelo), el rabino Menajem Orenstein, padre de Esti, se entrevistó con el rebe de Gur, esperando que éste le dijera palabras de consuelo. Ante su sorpresa, el rebe lo relevó como director del coro y le notificó que no podría conducir el rezo en la sinagoga.
Durante su matrimonio, su marido nunca se dirigió a Esti por su nombre, quizá en cumplimiento de alguna de las takanot. Esti fantaseaba con que alguna vez lo pronunciaría.