Y aconteció que reuniose un grupo de gentes dispuestas a apedrear a una adúltera, y Jesús, que pasaba casualmene por ahí, acercose y dirigiose a los mismos:
- ¡Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra!
Fue entonces que levantose una viejecita tomando una grande piedra, y con dicha grande piedra aplastole la cabeza a la adúltera.
Ante lo cual, Jesús protestole a la viejecita:
- ¡Mamá... vos siempre exagerando!
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