jueves, 18 de agosto de 2016

Oye tu nombre

Esti Weinstein
El 26 de junio, dentro de un automóvil estacionado en una playa de Ashdod, se encontró el cuerpo de Esti Weinstein, de 50 años, madre de siete hijas, ex integrante del grupo ultraortodoxo de Gur, desaparecida unos días antes. Junto al cuerpo, esta nota: "En esta ciudad di a luz a mis hijas, y en esta ciudad muero a causa de mis hijas. Entiendo que estoy enferma y dependo de otros, y no quiero continuar siendo una carga. No se esfuercen mucho con la ceremonia, algo modesto, con bastantes flores, y recuerden que ésto es lo que elegí y es lo mejor para mí, y si dicen que fui egoísta, lo acepto y comprendo su falta de comprensión."
Esti se casó a los 17 años, en una boda arreglada con otro integrante de Gur, que le aclaró que en su vida matrimonial se guiarían por las "Takanot", normas estrictas por las que las parejas de la secta deben comportarse. Cuando le pidió hacer el amor más de las dos veces por mes permitidas, su marido le contestó que el rebe (sería algo así como el rabino líder) de Gur fijaba la frecuencia sexual de sus seguidores.
Hace ocho años abandonó la secta (sólo una de sus hijas, Tami, también lo hizo y siguió en contacto), y la familia cortó sus lazos con ella.
Con el tiempo se divorció y vivió con una nueva pareja en Azor.
Redactó un libro ("Cumpliendo Con Su Voluntad") en el que, con nombres ficticios, relata su vida en Gur.
(Según el canal 10 de Israel, el personaje masculino es descripto como un pervertido sexual que lleva a su mujer a tener sexo con otros hombres en su presencia.)
El entierro tuvo una primera ceremonia laica y luego otra religiosa, curiosamente conviviendo ambos públicos.
Luego de efectuar la shiva (primera semana de duelo), el rabino Menajem Orenstein, padre de Esti, se entrevistó con el rebe de Gur, esperando que éste le dijera palabras de consuelo. Ante su sorpresa, el rebe lo relevó como director del coro y le notificó que no podría conducir el rezo en la sinagoga.
Durante su matrimonio, su marido nunca se dirigió a Esti por su nombre, quizá en cumplimiento de alguna de las takanot. Esti fantaseaba con que alguna vez lo pronunciaría.

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